En los años 60, la NASA creó un análogo lunar con bombas de dinamita y fertilizantes en las afueras de Flagstaff, Arizona, para que los astronautas se entrenaran para las misiones Apolo. La escultura del paisaje comenzó en julio de 1967, con una serie de explosiones cuidadosamente cronometradas y localizadas con precisión. En un primer momento se emplearon 312,5 libras de dinamita y 13.492 libras de fertilizante mezclados con fuel oil. Al final de un período de cuatro días de explosiones controladas, los científicos del USGS habían logrado crear 500 metros cuadrados de "ambiente lunar simulado" en el norte de Arizona y cuarenta y siete cráteres de entre cinco y cuarenta pies de diámetro diseñadaos para duplicar a escala 1:1 una ubicación específica (y futuro sitio de aterrizaje del Apolo 11) en la Luna, en una región llamada la Tranquillitatis Mare.